martes, 30 de marzo de 2010

5 artistas plásticas uruguayas en las paradas de ómnibus montevideanas

La Dirección Nacional de Cultura del MEC homenajeó a las mujeres uruguayas en el corriente mes de marzo (Mes Internacional de la Mujer). Para ello puso en práctica el proyecto “La pintura es mujer” que consiste en la divulgación de la obra de 5 de las mejores plásticas de nuestro país: Hilda López, Amalia Nieto, María Freire, Petrona Viera y Amalia Polleri.
Las actividades incluyeron intervenciones urbanas: las obras de las artistas se apreciaron en el espacio público, en ómnibus, refugios peatonales, cartelerías en plazas públicas de 10 departamentos del Uruguay. También se creó un spot audiovisual que se exhibió en los canales de televisión y un documental de 20 minutos con información biográfica, testimonios e imágenes de las artistas homenajeadas con una finalidad de promoción educativa (que aún no hemos visto, pero confiamos en su distribución en los centros educativos).
A continuación dejamos las obras que fueron seleccionadas en cinco diseños de afiches que fueron distribuidos en la ciudad y en los centros educativos.
Saludamos la iniciativa de la Dirección de Cultura que creemos muy valiosa en la difusión del arte nacional.



Composición 17 de Julio (1968)
María Freire
Acrílico sobre tela, 180 x 136 cms
Museo Nacional de Artes Visuales
















Autorretrato (1977)
Hilda López
Óleo sobre tela, 110 x 60 cms
Museo Nacional de Artes Visuales






Recreo (1966)
Petrona Viera
Óleo sobre tela, 86 x 90 cms
Museo Nacional de Artes Visuales









La Luna en la Plaza (1959) Amalia Nieto. Óleo sobre tela 79 x 91 cms. Museo Nacional de Artes Visuales.

Caligrama 5 (1965) Amalia Polleri. Témpera sobre hardboard, 80 x 110 cms. Museo Nacional de Artes Visuales

Información e imágenes tomadas de: http//cultura.mec.gub.uy

lunes, 29 de marzo de 2010

Cerámicas de Eva Díaz Torres en el Museo Torres García

Eva Díaz Torres, nieta de Joaquín Torres García, nació en Terrassa (Barcelona) en 1943. Hija de Olimpia Torres y del escultor Juan Díaz Yepes, residió en Uruguay gran parte de su vida y se integró a las artes plásticas al igual que buena parte de su familia, encontrando en la cerámica su lenguaje característico.
Por sólo unos días más se podrá visitar la exposición que sobre una parte de su obra ha montado el Museo Torres García en su 2do. Piso, en la sala de exposiciones itinerantes.
Las piezas exhibidas forman parte de la serie realizada en rakú, particular técnica de origen oriental, entre los años 1986 y 1991.

Su trayectoria

En 1958 comienza su interés por la cerámica. Ingresa al Taller Torres García donde recibe nociones elementales del pintor y ceramista José Gurvich. A partir de 1962 toma clases con el ceramista catalán José Collell, con quien aprende la técnica de engobe bruñido. Produce sus primeras obras en un taller que instala en su casa.
En 1970 comienza a dictar clases de cerámica en su taller. En 1971 diseña telas mediante la técnica de batik. Participa en la Feria de Libros y Grabados con obras de cerámica y vestidos de batik.
En 1972 es detenida y procesada por la dictadura militar, permaneciendo en la cárcel de Punta de Rieles hasta fines de 1974. Con posterioridad y previo un pasaje por Costa Rica y Portugal, la familia se instala en Barcelona, donde Eva dicta clases, estudia materiales, técnicas y procedimientos muy variados y comienza a producir obras para la venta.
Entre 1977 y 1983 participa en varias muestras individuales y colectivas, así como en la 1ª. y 2ª. Feria de Artesanías de Madrid.
En 1985 regresa a Uruguay, luego de once años de exilio, e instala su taller en Montevideo. Comienza a investigar, analizar y probar arcillas uruguayas y a elaborar sus propias fórmulas de esmaltes.
En 1986 comienza la serie de obras en rakú, las que fueron exhibidas casi en su totalidad en 1991 en el Salón de Exposiciones del Palacio Municipal de Montevideo. En 1989 obtiene el Primer Premio Adquisición del XXXVII Salón Municipal de Expresión Plástica y en 1990 es incluida en el catálogo de artistas uruguayos del libro Arte uruguayo y otros, de Ángel Kalemberg.
Fallece en Montevideo el 14 de febrero de 1993.

La técnica del “rakú”

Probablemente originada en Corea, en el siglo XVI es transferida a Japón, asimilada al budismo zen y a la ceremonia del té. Consiste básicamente en sacar la pieza incandescente del horno y depositarla con pinzas en aserrín o virutas de madera u hojas de papel que al quemarse provocan que el humo penetre en la pieza y logran en la materia consistencia metálica, tintes tornasolados y resquebrajaduras que vienen a consolidarse como un recurso estético.

“El trabajo en el torno es un diálogo. Un diálogo íntimo entre el barro y yo. Un juego de fortalezas y debilidades, de miedos e ilusiones en que surge la huella, la deformación, la rajadura como una necesidad de comunicación con alguien que, en algún momento, debe aparecer. Él también hará su aporte”. Eva Díaz Torres.


Datos tomados de www.torresgarcia.org.uy. Ver también artículo de Nelson Di Maggio en http://www.larepublica.com.uy/cultura/376881-eva-diaz-algo-mas-que-virtuosismo

Dejo a continuación un video tomado de youtube, que también se exhibe en la muestra, y que nos pone en contacto con la artista: su voz y su trabajo





domingo, 28 de marzo de 2010

La artista plástica Virginia Armand Ugon en el MUHAR

Visité esta tarde la muestra de la artista plástica Virginia Armand Ugon en el Museo de Historia del Arte (MuHAr, Ejido casi 18 de Julio, Montevideo). La misma se inscribe en una serie de actividades que la Intendencia Municipal de Montevideo ha venido desarrollando desde el pasado 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, llamando a la reflexión y a la reivindicación de los derechos de la mujer en nuestra sociedad.
Se trata de una serie de esculturas en cerámica, hierro y madera, que han sido dispuestas dialogando con algunas piezas del acervo del Museo.
Desde el punto de vista plástico impresiona vivamente la combinación de materiales, se trata de una cerámica que no produce una sensación de fragilidad, sino que tiene una presencia contundente, lo que se refuerza aún más con el hierro y su particular efecto producto del herrumbre. Las formas, que nos remiten a la figura femenina, provocan en el espectador efectos diversos: se trata de figuras parciales, incompletas, a las que el hierro tensa o enmarca, que transmiten fuerza al tiempo que desasosiego, hay en ellas marcas que llevan a pensar en qué las provocó.
Es interesante el planteo de su presentación: algunas piezas se exhiben junto a otras del museo, pertenecientes a épocas y culturas diversas, pero relacionadas en la temática o en las sensaciones que transmiten al observador, estableciéndose así un diálogo que da lugar al nombre de la muestra: “Empatías, mujeres en el tiempo”.
Un discreto cartel nos trae la visión de la artista: “Como artista plástica me he inspirado en la temática de la mujer, tanto por medio de la escultura como del dibujo, siendo una constante la representación del cuerpo femenino y las huellas que en él dejan sus vivencias, su realidad y su particular sentir en el mundo”.
Otro cartel nos acerca algunos datos relativos a su formación y trayectoria: estudió cerámica con Marcelo Perotti, dibujo con Margarita Courtoisie, Rogelio Osorio y Pilar González, y realizó un taller de desarrollo artístico en La Casa de Berro. Participó, desde el 2001 a la fecha en varias muestras colectivas y también individuales.
Se trata de una joven artista cuya obra, desconocida para mí hasta hoy, resulta muy atractiva e invito por tanto a visitar esta muestra, que permanecerá en el MuHAr hasta el próximo 30 de abril.
Por último, señalemos que el espacio asignado no es el mejor, queda un tanto perdida en el entorno de la colección permanente del Museo, y como muy encimada a otra de las exposiciones transitorias: la del arte de India e Indochina. Tal vez haberla desplegado en la sala de Planta Baja, que hoy estaba cerrada (al parecer vacía), hubiera enmarcado mejor una muestra interesante y novedosa.

jueves, 25 de marzo de 2010

Tarsila do Amaral, ícono del arte brasileño y latinoamericano

Tarsila do Amaral es una artista fundamental en la historia del modernismo latinoamericano. Nace en 1886 en Capivari, estado de San Pablo. Entre 1920 y 1922, Tarsila vive en París, estudia en la Académie Julian y toma clases con Emile Renard, ambas de orientación muy tradicional. Cuando regresa a San Pablo, en junio de 1922, Tarsila conoce a los artistas e intelectuales que habían participado de la Semana de Arte Moderno a comienzos de ese año, en el Teatro Municipal. Entre ellos, el escritor Oswald de Andrade. Desde entonces, enfoca su mirada sobre los lenguajes del arte moderno y se interesa por temas que reflejen una identidad brasileña.

Carnaval en Madureira




A fines de 1922, Tarsila regresa a París y, al año siguiente, frecuenta los talleres de los grandes maestros cubistas André Lhote, Albert Gleizes y Fernand Léger. Vuelve a Brasil en 1923 acompañada por Andrade y el poeta vanguardista suizo Blaise Cendrars, que en algunos aspectos fue un precursor del surrealismo. El trío comenzó a explorar la cultura popular de Brasil. En 1924 pasan el Carnaval en Río y de esta experiencia surgen las pinturas Carnaval en Madureira y Morro da Favela. En el mismo año hicieron un viaje a las ciudades históricas de Minas Gerais, con sus casas rústicas y sus iglesias barrocas del siglo XVIII. Bajo estos estímulos, comenzó a pintar una nueva clase de cuadros: una mezcla de arte ingenuo local y del cubismo que había absorbido de Léger.
Morro da Favela


Para 1928 ya había pasado a un estilo más complejo, y fue el comienzo de un período más creativo: el de antropofagia o canibalismo, así llamado a raíz del manifiesto Antropófago que Andrade publicó un poco más tarde ese mismo año.
El principio central de antropofagia era que los artistas brasileños debían devorar influencias fuera, digerirlas cuidadosamente y convertirlas en algo nuevo. La primera pintura de Tarsila en esta nueva manera, ofrecida a Andrade como regalo de cumpleaños en enero de 1928, fue titulada Abaporu. En la lengua de los tupí-guaraníes, la palabra significa “hombre que come”. La pintura representa una sola figura monstruosa, con cabeza pequeñita y manos y pies enormes. Ésta, descansando en el suelo, simboliza el íntimo contacto con la tierra. El sol brilla en el cielo, y el marco del paisaje está reducido a un simple cactus gigantesco.


Abaporú

Tarsila ha combinado aquí la influencia de las pinturas de mujeres reclinadas de Léger con el surrealismo. La información acerca de este nuevo movimiento (el surrealismo había sido fundado hacía muy poco, en 1924) debe de haber viajado muy rápido a Brasil. La tendencia a combinar estilos europeos aparentemente incompatibles iba a ser típica del modernismo latinoamericano, y las pinturas antropofágicas proporcionan un ejemplo temprano. Tarsila se sumerge en las imágenes de su inconsciente, originadas en sueños, historias de fantasmas, leyendas y supersticiones oídas en su infancia. Surgen entonces pinturas y dibujos de personas habitados por seres fantásticos y vegetación exuberante, de marcada tendencia surrealista.
Las pinturas La negra (1923), Abaporú (1928) y Antropofagia (1929) forman el trío más célebre de la producción de Tarsila y representan el momento más alto del modernismo brasileño de la década del 20.
En síntesis, en esos años fermentales de 1920, aplicó las enseñanzas constructivas del cubismo, del fauvismo y del surrealismo para entender Brasil y realizar así un gran hallazgo estético en su exuberante vegetación, en sus cielos, en sus hombres.



La Negra



Antropofagia



domingo, 21 de marzo de 2010

René Magritte en el Museo Ralli de Punta del Este

Los Museos Ralli son una organización privada internacional, sin fines de lucro, dedicada a promover el conocimiento de la obra de artistas latinoamericanos vivos. Existen hoy cinco Museos Ralli de arte latinoamericano: dos en Israel, uno en Santiago de Chile, uno en Marbella (España) y uno en Punta del Este (Uruguay). La entrada a todos ellos es gratuita y albergan importantes colecciones, tanto latinoamericanas como europeas. El lema de los museos es la no existencia de actividades comerciales en ellos, de ahí que no admitan cafeterías ni librerías. Se propicia el contacto directo entre el público y las obras, por lo cual tampoco realizan visitas guiadas.





El de Punta del Este, ubicado en el elegante barrio Beverly Hills (calles Los Arrayanes y Jacarandá), es el primero y fue creado en 1987, con una superficie de más de 6000 metros cuadrados edificados. Se pueden tomar fotografías con total libertad en un edificio pensado especialmente para museo y con jardines que ofician de excelente marco para la colección de esculturas de grandes maestros tales como Dalí, Botero, Paparella, Juarez, Amaya y Aguirre Roa, entre otros
La colección de pinturas es en su mayoría de artistas latinoamericanos surrealistas, aunque también hay obras de otras corrientes y de artistas de diverso origen.

Desde el pasado 8 de enero hay en el Museo una muestra de grabados del artista belga René Magritte pertenecientes a la colección Ralli y que se exhiben por primera vez en Punta del Este. La exposición estará abierta al público durante la presente temporada y probablemente en la próxima (el Museo permanece cerrado de mayo a setiembre), según información aparecida en el diario El País a partir de entrevista realizada a la directora del museo, Sra. Serrana Prunell. Luego será trasladada al museo Ralli de Chile.
La siguiente información está expuesta en el Museo junto con los grabados: “René Maagritte nació en Bélgica en 1898. Pasó a la historia como uno de los pintores surrealistas más importantes del mundo junto con Salvador Dalí y Max Ernst. Su estilo consiste en la representación de figuras de un realismo increíble y una técnica muy minuciosa en contextos poco corrientes, creando situaciones sin sentido. A esto se le llamó realismo mágico. Por ello es común encontrar en las obras de Magritte, objetos gigantes o una lluvia de hombres. La ilusión óptica es empleada en muchos de sus cuadros. Su primera exposición individual fue en Bruselas en 1927. Al año siguiente participó en la primera exposición colectiva de los surrealistas en París, aportando al surrealismo parisino el resurgimiento del ilusionismo. Expone por primera vez en Nueva York en 1936 alcanzando así fama mundial. En 1956 recibe el Premio Guggenheim. Murió el 15 de agosto de 1967 en Bruselas.”
Magritte se destaca por sus ingeniosas y provocativas imágenes, quien pretendía con su trabajo cambiar la percepción precondicionada de la realidad y forzar al observador a hacerse hipersensitivo a su entorno. Un hombre que “dotó al surrealismo de una carga conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas y su significado denotado a través de palabras, poniendo en cuestión la relación entre un objeto pintado y el real”.
Las obras expuestas abarcan un extenso período de la vida creativa de Magritte. Incluyen desde “La belle captive” de 1931 hasta “Le dernier cri” del mismo año de su fallecimiento. Las obras se ordenan cronológicamente ya que, según Prunell, se pretende poner de manifiesto los cambios que va sufriendo la creación de Magritte, y todos los títulos están presentados en francés.


A continuación dejo dos links a videos que te permitirán realizar una visita virtual al Museo Ralli de Punta del Este





Y aquí dejo dos recorridos por lo sustancial de la obra de René Magritte:




Le Corbusier en la Fundación Atchugarry

Está llegando a su fin la exposición que sobre parte de la obra del polifacético arquitecto Le Corbusier ofreció este verano la Fundación Atchugarry (Ruta 104, Km 4500, Maldonado, Uruguay). En las cercanías de la zona de Manantiales, Punta del Este, se emplaza la fundación del escultor Pablo Atchugarry, tal vez el más reconocido a nivel internacional de los artistas plásticos uruguayos contemporáneos. En un entorno verde privilegiado, Atchugarry montó un complejo que incluye 3 Salas de Exposiciones, Auditorio, Taller y Parque de Esculturas. En este último, además de creaciones suyas, se encuentran piezas de escultores uruguayos e italianos, entre las que se destacan las de Octavio Podestá, Enrique Broglia, Miguel Battegazzore y Adela Neffa, entre otros(En una futura entrada nos ocuparemos en particular de este Parque de Esculturas).
La intención de la Fundación es la de oficiar como un lugar de encuentro para artistas y público, reunidos en torno a la pintura, la escultura, la literatura, la música, la danza y todas las demás artes. Para ello, se llevan adelante desde 2007 variadas actividades, entre las que se encuentran muestras como la que se programó en este verano del 2010: Le Corbusier, el artista. 2 de enero al 25 de marzo de 2010, 120 obras incluyendo óleos, esculturas, tapices, litografías, grabados, mobiliario y dibujos.
La exposición es un esfuerzo conjunto entre la Fundación y la Colección Heidi Weber, la que se encuentra en Zurich y se exhibe, en parte, en el museo que el propio Le Corbusier diseñó para este fin y que constituye su última obra y una excepcional síntesis de sus propuestas estéticas.




Bottles. 1960. Litografía 68 x 87,5 cm



A 80 años de la visita de Le Corbusier a Uruguay (1929), la Fundación Atchugarry y el Heide Weber Museum nos proponen repasar su trabajo en diferentes disciplinas: pintura, dibujo, escultura, diseño, urbanismo, y atisbar así la potencialidad creativa del artista, reconocido fundamentalmente por su labor arquitectónica. Esta exposición es la primera de su clase en América del Sur (parte de las obras fueron expuestas antes en el museo Reina Sofía de Madrid), y según Heide Weber, su realización en Uruguay fue impulsada a partir de las notas que Le Corbusier escribió en 1929 sobre su visita al país: “Una naturaleza admirable, el verde se mezcla a la edificación hasta en el corazón de la misma ciudad, el mar la rodea y le presta horizontes abiertos”.
La muestra integró también música, films, conferencias, seminarios y talleres, a los efectos de reflexionar sobre la influencia de Le Corbusier en nuestro país y en la creación arquitectónica contemporánea.
Le Corbusier (Charles-Edouard Jeanneret, 1887-1965) fue sin duda el arquitecto más influyente del siglo XX. Además de ser el creador de la “arquitectura moderna”, fue un incansable agitador cultural. Construyó 75 edificios en doce países y diseñó 42 proyectos urbanísticos importantes. Dejó un legado de 8000 dibujos, más de 400 cuadros, 44 esculturas y 27 cartones para tapices. Escribió 34 libros, cientos de artículos y conferencias y miles de cartas.

Femme rouge et pelote verte. Óleo sobre lienzo. 1934. 130 x 97 cm


Heide Weber fue amiga de Le Corbusier, especialmente en los últimos siete años de vida del artista entre 1958 y 1965. Admiradora de su obra plástica y sus muebles, además de su más conocida faceta arquitectónica, se propuso difundir sus pinturas, esculturas, tapices. Fue ella quien le encargó en 1960 el diseño de un edificio para convertirlo en centro de artes (el ya mencionado edificio del Heide Weber Museum de Zurich). Mobiliario diseñado por Le Corbusier en 1928.

Fotos tomadas el pasado 6 de marzo de 2010.

domingo, 7 de marzo de 2010

Paseo de las Esculturas en el World Trade Center de Montevideo

En mayo de 2009 fue inaugurado el Paseo de las Esculturas en la Plaza de las Torres del WTC (moderno complejo empresarial ubicado en el barrio Buceo de Montevideo). Se trata de un espacio público creado desde el ámbito privado, que brinda una oportunidad al arte, al reunir un conjunto diverso, en cuanto a formas, materiales y mensajes, de producciones escultóricas. Se trata, al decir del escultor Pablo Atchugarry, de actitudes creativas diferentes que conviven en un mismo espacio y “apelan al mismo ideal, que es el ideal del arte”.
Este Paseo se creó a partir de un concurso en el que participaron 77 artistas, tanto nacionales como extranjeros.
El primer premio World Trade Center lo ganó Bernardo Cardarelli por su obra “Vibratos”, trabajo en hierro y resina poliéster de gran dinamismo y colorido.







También hubo un primer premio adquisición Galería Latina, cuyo ganador fue Santiago Dieste con su obra “Hombre con zancos”, en hormigón y hierro, emplazado sobre un estanque, ofreciéndole esa base de piedras y agua un particular marco. Dieste sostiene que su escultura “apuesta a la reflexión sobre lo complejo de las decisiones que los ciudadanos enfrentamos al construirnos en colectivo. Al emprender un camino, la consideración de lo ético y lo moral se vuelve ineludible. La forma en que un individuo enfrenta situaciones refleja su concepción de hombre, sociedad y mundo. Colocar al Hombre en Zancos busca generar la reflexión sobre las formas que se seleccionan para lograr una meta”. (citado en http://www.safa.edu.uy/)



La Fundación Atchugarry también ofreció un premio, que recayó en la obra “Árbol” de Raúl Sampayo.










Otra obra seleccionada fue la llamada “Complementitud” del Arq. Carlos López Quagliata y Marina Lema Riqué. Según López (en http://picasaweb.google.com/clopezquagliata ), Complementitud representa la interacción de los opuestos y la suma de valores, inspirada en la obra de Milan Kundera, “La insoportable levedad del ser”, la levedad y sutileza de las varillas de acero y la solidez y firmeza de las estacas de madera armonizan en una unidad dinámica… El hombre como un todo y parte del todo, donde nada es excluyente y todo suma. “La carga más pesada nos destroza, somos derribados por ella, nos aplasta contra la tierra, pero es a la vez, la imagen de la más intensa plenitud de la vida. Cuanto más pesada la carga, más a ras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será. La ausencia de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real tan solo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes.”
Todo el espacio se abre con una escultura monumental de Pablo Atchugarry denominada “Velas del Sur”. Atchugarry describió su trabajo como una “reivindicación a la vocación de Montevideo como puerto, como punto de llegada de todos nuestros antepasados, y también simbólicamente como puerto de salida de las nuevas generaciones. Pero también remite un poco a una nave, que se va cargando de ideales”. Se trata de una estructura con un peso considerable, sólo la parte central pesa dos toneladas, sin contar las piezas que forman las velas. “Por las dimensiones que tiene esta obra, la realicé en una maqueta en hierro, y luego fue hecha en un material llamado acero corten, que es muy resistente, y que tiene la particularidad que se oxida pero no llega a deteriorarse porque la oxidación lo protege”. “Quise que las soldaduras entre los distintos paños estuvieran a la vista, porque me interesaba marcar el carácter de una obra construida por el hombre, con las distintas planchas a la vista. Y me interesó marcar enteramente lo artesanal: hasta los tubos fueron plegados, no son tubos industriales. Y entra en juego ese herrumbre, que nos hace pensar en esos barcos herrumbrados que trajeron a nuestros antepasados”.

Fuente: artículo de Diario El Pais, Montevideo, sábado 9 de mayo de 2009.
Fotos tomadas el domingo 28 de febrero de 2010.